El café vertido es una de las preparaciones favoritas para muchas personas: Un método meditativo de elaboración en las mañanas en la que solamente necesitas café, agua y algunas herramientas simples. Con paciencia y una técnica refinada, la preparación perfecta para verter te permitirá disfrutar de las notas distintas, brillantes e incluso dulces de su tostado de Stone Street.
Hierve al menos 20 onzas de agua fresca y filtrada.
Muele aproximadamente 3tz de café en forma gruesa, parecido a la textura de la sal. Para tostados más ligeros, intenta usar un poco menos de café: aproximadamente 1.5 - 2tz de café molido grueso.
Coloca un filtro nuevo en tu gotero de café.
Vierte agua caliente sobre tu filtro vacío y tira el agua. Esto hará que tu gotero se caliente y elimine cualquier sabor a papel.
Agrega tu café molido al filtro, toca el borde para nivelar la superficie y coloca la cafetera sobre una taza o jarra.
Este será el primero de cuatro vertidos, es el más dramático porque el café molido se “elevará” ante ti. Lentamente (durante 15 a 20 segundos) vierte el primer cuarto de agua sobre la base, comenzando en los bordes exteriores y moviéndote hacia adentro. Permite que el café gotee durante otros 30 segundos antes de pasar a tu próximo vertido.
Esta vez, comienza en el centro y dirígete a los bordes exteriores. Este vertido debe igualar la superficie de la base y permitir que el agua extraiga el sabor de manera más uniforme. Nuevamente, permite que pasen al menos 30 segundos después de verter. Repite esto dos veces más, usando toda tu agua.
¡Disfruta de una taza de café increíblemente elaborada!