Preparar el espresso perfecto es una forma de arte que requiere paciencia, práctica y mucha experimentación. Con los granos de café, herramientas y técnica adecuados, puedes comenzar tu día disfrutando de la dulzura y la profundidad de la taza perfecta.
Comienza con los granos de café correctos. Los de espresso tienen rasgos muy específicos que crearán el sabor y la riqueza adecuados para esta preparación única.
Muele el café para espresso hasta el tamaño de un grano de sal y llena la taza del filtro sin apretar.
Usa el tamper para presionar el café en la taza del filtro. Aquí es donde la molienda es importante: si está demasiado fina y la aprietas demasiado fuerte, el agua no penetrará y extraerá el café correctamente.
Usa una taza “demitasse” adecuada para servir tu café espresso; una taza caliente de porcelana gruesa y cónica es la mejor opción. La forma cónica ayuda a facilitar el espresso en la taza formando una mejor “crema”.
Prepara el espresso. El apropiado se vierte “corto” aproximadamente 1 ½ onzas. Esto es ideal para la textura, el sabor y la sensación en la boca.
Si se prepara correctamente, la crema será lo suficientemente gruesa para soportar una cucharadita de azúcar durante 5 segundos y la taza gruesa y caliente mantendrá la temperatura perfecta. ¡Disfruta el espresso perfecto!